Las humildes casas del pueblo de Maalula se encaraman sobre el acantilado cincelado por los Montes Qalamoun.
En la pequeña localidad de Maalula, a 50 kilómetros de Damasco, se sigue hablando la lengua de Cristo y de sus discípulos.
Maalula en arameo significa “ENTRADA”. A Maalula hay que ir a oír, más que a ver.
Porque no hay grandes monumentos ni importantes vestigios del pasado arrancados de la tierra por arqueólogos. De hecho, su gran tesoro ni se toca ni se ve. Simplemente se escucha.
La lengua que hablan sus 5.000 habitantes es el arameo. Que tiene más de 3.000 años de historia.
En sus calles, el saludo IBLA JATITA, se impone aún al SALAM ALEKUM.
La primera impresión al arribar a Maalula es la de entrar en un pueblo de postal.
Cerca del monasterio aún se conserva la iglesia ortodoxa de San Sergio y San Baco, donde turistas y residentes van diariamente a escuchar el “PADRE NUESTRO” tal y como lo hubiera recitado JESÚS.